miércoles, 23 de marzo de 2011

Abstracciones de Domingo

(En la imagen se puede ver "la escuela de Atenas" Aristoleles apuntando a la tierra, Platón hacia el cielo)


Uno se ve reflejado desde su experiencia y partiendo de ella de una manera diferenciadora busca transmitir de sí mismo una imagen que conviva con su realidad, y esta no es más que la necesidad de codificar un mensaje que tenga sentido para hacer de la vida algo abarcable.


Siendo así, y desde una concepción estoica para la valoración de los placeres, doy a mi alma o a mi consciencia, pequeños estímulos, en mi caso, de vocación visual. El ser humano parte de pequeños bosques de columnas, como la mezquita de Abderramán de Cordoba, que puede verse como el asentamiento de distintos flujos que escalonan la capacidad de los siguientes para generar nuevas obras. Y si es así, podemos decir sin temor a equivocarnos que enriquecerse de todo lo realizado es ampliar nuestros parámetros. Es una obviedad en cuanto al conocimiento: “somos enanos a hombros de gigantes”.


¿Pero como trasladarlo a lo estético?, no por haber visto más o por tener una mayor sensibilidad superas los escalones de la iniciación a la que debemos estar abocados como hombres.


Limitar la vida para hacerla vivible, el mundo para hacerlo habitable: esta es en el fondo la preocupación dominante de toda civilización. Pero ocurre que algunos hombres no se conforman con la ración ordinaria de realidad. El rango de un hombre se define por la cantidad de realidad que necesita para vivir.


La Desazón de José Agulló


Hace pocos días en la ermita de San Frutos desde el camino que sale de Villaseca (Segovia). Encontramos y recomiendo ir, un lugar de inspiración, de recogimiento, de soledad. Que atrae al alma y la eleva suavemente pero de pronto algo la retiene y ríe. Era simplemente la realidad, de este dominguero que decidió pasar más allá de Pedraza.


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